jueves, 31 de diciembre de 2009
Jesús, yo en Tí confío.
domingo, 27 de septiembre de 2009
"Haz de mí un instrumento de Tu paz"
-¡Yo no creo en los barberos!-
-¿cómo?- le respondió.
-¡Yo no puedo creer en los barberos!-
-¿Pero cómo?, ¿acaso no me estás viendo?-
-Pero si existieran los barberos, ¿habrían hombres con las barbas como aquél?- le dijo apuntando al vagabundo que estaba fuera del local.
-Es que lo que yo necesito es que ellos vengan a mí- Le respondió el barbero un poco asustado.
-Eso mismo es lo que necesita Dios- Terminó por decirle el hombre.
Que donde haya odio, ponga yo Amor.
Que donde haya ofensa, ponga yo el Perdón.
Que donde haya discordia, ponga yo la unión.
Que donde haya duda, ponga yo la Fe.
Que donde haya error, ponga yo la Verdad.
Que donde haya desesperación, ponga yo la Esperanza.
Que donde haya tristeza, ponga yo la Alegría.
Que donde haya tinieblas, ponga yo la Luz. . ."
martes, 15 de septiembre de 2009
Nuestras Prioridades
domingo, 6 de septiembre de 2009
El mundo tiene sed de Dios.
"Los grandes ídolos de nuestro tiempo son el dinero, la salud, el placer, la comodidad: lo que sirve al hombre. Y si pensamos en Dios, siempre hacemos de Él un medio al servicio del hombre: le pedimos cuentas, juzgamos sus actos, y nos quejamos cuando no satisface nuestros caprichos. Dios en sí mismo parece no interesarnos. La contemplación está olvidada, la adoración y alabanza es poco comprendida. . .
Hasta los cristianos, a fuerza de respirar esta atmósfera, estamos impregnados de materialismo, de materialismo práctico. Confesamos a Dios con los labios, pero nuestra vida de cada día está lejos de Él. Nos absorben las mil ocupaciones. Nuestra vida de cada día es pagana. En ella no hay oración, ni estudio del dogma, ni tiempo para practicar la caridad o para defender la justicia. La vida de muchos de nosotros ¿no es, acaso, un absoluto vacío? ¿No leemos los mismos libros, asistimos a los mismos espectáculos, emitimos los mismos juicios sobre la vida y sobre los acontecimientos, sobre el divorcio, limitación de nacimientos, anulación de matrimonios, los mismos juicios que los ateos? Todo lo que es propio del cristiano: conciencia, fe religiosa, espíritu de sacrificio, apostolado, es ignorado y aún denigrado: nos parece superfluo. La mayoría lleva una vida puramente material, de la cual la muerte es el término final. ¡Cuántos bautizados lloran delante de una tumba como los que no tienen esperanza!"
Sabias palabras de San Alberto Hurtado que ya en su tiempo daba cuenta de una cruda realidad. Una realidad que tristemente no ha cambiado, e incluso me atrevería decir que ha empeorado; actualmente se aprueban leyes que atentan contra la vida humana, leyes que se basan en lo que los caprichos del hombre sin importar si es perjudicial para su vida o no, la sociedad cada día atenta un poco más contra sí mismo: ¡La sociedad de a poco se autodestruye!, ¿Qué debemos hacer nosotros?, ¿podemos quedarnos tranquilos con esto? "Dios es amor" (1 Jn 4, 16), y ¿qué nos dio como mandamiento Jesucristo? nos dijo: "Ámense unos con otros como yo los he amado" (Jn 15, 12). Admiremos la magnitud del mensaje de Dios, Él nos pide que entreguemos a Dios a otros; no hay dobles interpretaciones, está explícito: Dios no nos pide seguirlo y escondernos, sino que nos pide también que entreguemos amor a los otros, es decir, entreguemos a Dios a otros.
Para eso fuimos creados, Dios nos creo para Él y en base a esto debemos actuar, “No se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin de que alumbre a todos los de la casa” (Mt 5, 15), Él no nos creó para escondernos, sino que para que iluminemos este mundo, ¡cuánto cambiaría el mundo si estuviese completamente iluminado por la luz de Dios!
¡Cuántos hombres hay que viven sin consuelo!, ¡cuántos hombres hay que viven sin sentido!, ¡amémoslos pues como Dios nos pidió! Entreguemos amor a todos esos que necesitan desesperadamente a Dios, entreguemos amor a esta sociedad que urgentemente necesita a Dios. En especial es primordial entregar amor a los pobres, y no me refiero sólo a los pobres económicamente, “hay tantos hombres pobres que lo único que tienen es dinero”, ahí está la urgencia de entregar a Dios, de Él venimos y a Él tenemos que ir si lo que queremos es salvarnos. . .