Nuestra vida actual, llena de responsabilidades y de trabajo; belleza y moda; sexo y búsqueda de placer; materialismo e individualismo; búsqueda de riquezas y solvencia económica, entre otras cosas, se ha centrado en la búsqueda de felicidades terrenales y pasajeras, dejando de lado lo espiritual y eterno. la sociedad se esmera en buscar cosas materiales para suplir sus necesidades; el último celular, el mejor reproductor de música, etc. o en buscar la felicidad a través de malos hábitos, como un mal carrete, el sexo, etc.
Estas búsquedas han traído como consecuencia mucho de los males que afectan a nuestra sociedad, como por ejemplo la drogadicción y el alcoholismo, que en nuestros tiempos es muy común de ver. Los actuales "carretes" no buscan la unión fraternal de sus integrantes, sino que su fin es reventarse tomando y drogarse hasta perderse en si, usando como excusa el primer punto. Es común ver jóvenes votados en nuestras calles, indefensos y sin fuerza producto del sobre consumo de estas sustancias o simplemente al preguntarles "¿Cómo estuvo la fiesta?" que contesten: "eh mm... no me acuerdo" ¿Que felicidad es esa? ¿De qué sirve no acordarse de lo vivido o terminar en esos estados etílicos? Estas son preguntas que cada uno de nosotros debemos contestar.
Otro gran mal que aqueja a nuestra sociedad es la avaricia, producto de este mundo enfocado en la búsqueda de riquezas materiales para ser felices. Ejemplos hay muchos, basta con prender la televisión y ver los comerciales de los juegos de azar, en donde todas las personas que vemos están plenamente felices por el dinero que poseen y otros ejemplos que no nombraré por diferentes razones. Con esto nos debemos preguntar: ¿Seremos realmente felices? Según mi opinión no. Esta búsqueda de riquezas trae consigo una serie de males, uno de ellos es la avaricia (querer poseer más de lo que se tiene) pero es el menor de todos. La ENVIDIA (querer lo que otra persona posee), EL INDIVIDUALISMO (olvidarse del que más lo necesita), EL RENCOR y muchos otros males son producto de ello y han traído como consecuencia el aumento explosivo de la delincuencia, la poca valoración de la vida y de los necesitados, etc. A tanto llega que ya se encuentra establecido y arraigado en nuestra sociedad que la palabra "riqueza" es sinónimo de "poder", y por esta razón se han cometido los actos más inhumanos que pueden existir, liderados por un hecho que siempre nos ha consternado, como lo es la guerra, siendo la más terrible de todas la vivida por los Papas actuales (Juan Pablo II y Benedicto XVI); La Segunda Guerra Mundial.
Como vemos, nuestra sociedad se sostiene por pilares frágiles e inestables, que en cualquier momento colapsarán y sucumbirán quedando simplemente en ruinas. ¿Cómo evitarlo? Depende de nosotros. Debemos reforzar esos pilares, agregar nuevas vigas que lo sostengan, con materiales que sólo encontraremos en el amparo de Dios, como lo es su infinito amor y misericordia. Que nuestras preferencias diarias no sean las cotidianas de esta vida pagana, sino que hacer de Dios nuestro núcleo central. Con Dios no tendremos alegrías pasajeras, al contrario, todo lo proveniente de Él es eterno. Si en las relaciones amorosas está presente Dios, habrá un amor verdadero del uno hacia el otro; si Él fuera el foco de la economía, existiría la igualdad y las oportunidades para todos. No hagamos de nuestra existencia una vida "sin fe", porque acrecentará los males existentes. Acerquémonos más a Nuestro Señor Jesucristo y encontraremos un luz en la oscuridad. No digamos: "¿Ir a misa? No tengo tiempo. Además tengo otras prioridades en mi vida", "¿Rezar? No, que lata". Al contrario, aproximemonos más a Dios a través de la Santa Misa; con el rezo del Santo Rosario, ese hermoso ramo de flores que le ofrecemos a nuestra Madre, La Santísima Virgen María. Seamos más marianos, amemos a nuestra madre y busquemos sus acogedores brazos en nuestra penas y alegrías, pues como dice la canción escrita por San Alberto Hurtado "María Mírame, pues si tu me miras, Él también me mirará". Recemos con más amor y encomendemos especialmente a esas personas que no conocen la grandeza de Dios y su verdadero amor.
Chicos, busquemos la eterna felicidad de Dios, ella no tiene consecuencias negativas y tampoco es ficticia, pero debemos vivirla para poder disfrutarla, no sólo creer que existe. Mostremosle al resto que lo establecido por esta sociedad pagana es sólo una fachada y no una construcción sólida como es lo entregado por Dios. Seamos mejores cristianos y de a poco llegaremos a nuestra meta, ser Santos. Esta vida nos fue dada para conseguir esta meta, ese destino, es lo mismo que tomar una micro, iremos apretados, escuchando reggaetón de algún celular con altavoz, con una micro vieja, en la que suena todo, etc. pero será la que nos llevará a nuestro hogar (Padre Gonzalo). Que Dios no sea un estorbo en nuestra vida, sino un apoyo en nuestras debilidades. Aprovechemos esta vida, pues es nuestro boleto al cielo, no lo desperdiciemos.
Que Dios los bendiga.
Francisco Sánchez V.